Estoy en un momento transitorio que va a permitirme cumplir un capricho.
Un paso relajado y reflexivo que me sirve además, para desahogar las muñecas y dejar bailar libres los dedos.
Un momento intenso que he querido romantizar, como ha quedado marcado en las piezas, de tonos pastel. Porque así es todo más suave, como cuando endulzamos un zumo ácido de naranjas fuera de temporada.
Tenía muchas ganas también de hacer estas piezas. Cómodas, para abrigar momentos tranquilos.
El cambio y novedad es que comienzo en breve a cortar y confeccionar :)
Disfruta de tus momentos reflexivos y de esos dulces chales. A veces viene bien cambiar y parar un poco, hacer lo que verdaderamente nos gusta es lo más importante.
ResponderEliminarAy¡¡ yo también quisiera aprender a coser pero soy muy torpe con la aguja. Estaré atenta a tus nuevas creaciones.
Bss
Han quedado fantásticos, por una vez las fotos hacen justicia a la labor.
ResponderEliminarLas tres medidas están muy bien, una para cada ocasión y no sabría decir cual me gusta más. Quizás el superchal, por la cantidad de piñas y el color, pero los hombros son "superllevables"...
Ojalá mis momentos reflexivos fueran tan productivos.
Me gustan mucho, con lana gorda quedan muy actuales!
ResponderEliminarOooh! Quina productivitat! Uns moments reflexius molt ben aprofitats. Aquestes mantellines sôn una preciositat! M'he quedat bocabadada...D'on són els patrons? M'agradaria fer-me'n un i no en trobo de ganxet que m'agradin.
ResponderEliminarI ara ala costura? Això serà un no parar! Quina envejaaaaa
Disfruta-ho!
Ua abraçada
Qué bonitos!!! Esto si es productividad.
ResponderEliminarMargarida!
ResponderEliminarSólo hay uno original, y es de un precioso libro japonés.
Los otros son adaptaciones y modificaciones que he estado haciendo en torno a un mismo tema, las piñas!! :)